viernes, 15 de noviembre de 2013

Derroche de solidaridad

El público se volcó con las donaciones para los más desfavorecidos en un domingo de compras y circo en T

A. Ojeda

El público se volcó ayer en aportaciones solidarias para ONG como Cáritas o Cruz Roja, en una nueva edición del LPA Sunday Shoping Party en Triana y aledaños. Esto es, el ya tradicional domingo de tiendas abiertas, el primero de cada mes, que organizan el Ayuntamiento de la capital grancanaria y los empresarios de la zona, y que registró una notable afluencia de público desde las 10.00 horas, cuando comenzaron su actividad los comercios. La jornada dominical, además, estuvo salpicada por las atracciones circenses a lo largo de toda la Calle Mayor, en la que tampoco faltaron los talleres infantiles y los entretenimientos para los más pequeños.
Bajo el lema Tu granito si hace granero, decenas de voluntarios se apostaron de principio a fin de Triana para poder recaudar desde tapones de plástico hasta comida, ropa y céntimos sueltos, destinados a los más desfavorecidos. La iniciativa solidaria se benefició de la gran respuesta de público en el final del puente de los difuntos. El casco histórico, en efecto, gozó de una mayor presencia de transeúntes que en anteriores ediciones del ya conocido como LPA Shopping... en el que tampoco faltó la ambulancia del Instituto Canario de Hemodonación y Hemoterapia.

Ubicada justo al principio de la céntrica calle, en la esquina de San Telmo, la institución ha conseguido que en cada uno de estos domingos de compras los ciudadanos se sumen a la siempre necesaria campaña de donaciones de sangre. "En estos días estamos contando unas cuarenta o cincuenta personas que hacen su aportación", apunta Toni Sarmiento, responsable de promoción y comunicación del Instituto. En efecto, los usuarios hicieron religiosamente cola delante del vehículo, en otra suerte de acto solidario que siempre es bien recibido.
A unos pocos metros comenzaban a resultar llamativas las aglomeraciones de los más pequeños, en otra fila para los talleres de molinillos de vientos y macetas elaboradas con latas de Clipper. Alumnos y ex alumnos del Claret instruían a los niños en esta singular suerte, al tiempo que recaudaban céntimos para las ONG convocadas para la jornada. "La verdad es que hay bastante gente", comenta Rocío Rodríguez Muriel, exestudiante claretiana, muy atareada en la labor de transmitir correctamente cómo se consigue un perfecto molinillo de papel. Otra media docena de jóvenes no daban abasto ante la ingente demanda infantil en su pequeña carpa.
El bullir en Triana no paraba hasta llegar a la Plaza de Stagno, en la trasera del teatro Pérez Galdós. Un enclave en el que se concentraban distintos puntos de recogida de las donaciones, como una carpa de la Fundación La Caixa o un furgón de Cáritas que poco después de las once ya estaba lleno de ropa donada por los transeúntes. "Procuramos conseguir prendas para los niños, que es lo que más hace falta", cuenta José Antonio Guerrero, otro de los voluntarios, quien resalta, sin dejar de señalar al vehículo, que "en apenas una hora esto ya está a tope".
No faltaron, igualmente, los apelotonamientos frente a la exposición de aves organizada con los ejemplares de los socios de Cetrecan, club que lució ante los asistentes sus magníficas águilas, halcones y autillos. Depredadores avezados, los distintos ejemplares, que casi llegaban a la docena, se mostraron sin embargo mansos ante la mirada de los numerosos curiosos que aprovecharon para retratarlos con el smartphone. Tomás Saavedra, el presidente del club, se mostró satisfecho por la concurrencia conseguida, "porque es por una buena causa, y para eso estamos aquí".
Y es que las aves ejercieron de reclamo para conseguir más donaciones, con considerable éxito. Una de las que más lució, sin duda, fue el águila de nombre Rajoy, que, quien, curiosamente, se mostró algo esquiva a la hora de ser fotografiada por el público. Vamos, que no paró quieta para la pose, no se sabe si por rubor o desinterés para ejercer el rol de maniquí.
Esto último fue algo que sí demostraron los niños y niñas que participaron en el pase de modelos preparado en plena mitad de Triana, con alfombra roja incluida. Prendas de los negocios aledaños adornaron el caminar de tremendas promesas de la pasarela, que lucieron sonrisas en consonancia con el eclipse que, decían, se podía ver hoy en el cielo de Canarias.
En la Calle Mayor pocos miraron para arriba. Los más se concentraron en la colección de clowns, saltimbanquis y payasos que trasladaron el ambiente de circo al domingo de compras. Una vez más, sus espectadores más agradecidos resultaron estar entre la chiquillada. Los padres aguantaron estoicos la sentada en espera de la sucesión de micro espectáculos programados a lo largo del día. Porque ellos lo valen, claro. Fue parte del éxito de la jornada.